viernes, 21 de septiembre de 2007

¿Un café real?

Naturalidad: Fran.: naturel; Ingl.: natural.
La naturalidad, noción tan vieja como borrosa, es tan metafísica como imposible de aprehender. Todas las formas de actuar se creen naturales y cada una de ellas pretende inventar por fin la representación "verdaderamente natural". Así pues lo natural es todo aquello que, aun habiendo sido creado por el hombre, niega su condición de producto artificial; llamamos así a objetos artificiales que nos rodean como si el arte no tuviese nada que ver con ellos y fuesen producto de la naturaleza. Un cuadro que nos impresiona tanto como lo haría el objeto representado; una acción dramática que nos hace olvidar que estamos en el teatro..., todas esas cosas las consideramos naturales.
Diccionario del Teatro. Patrice Pavis

¿Cómo buscar entonces un efecto de realidad que sea teatral e interesante?. No eludiendo la ilusión ni las posibilidades de creación y síntesis que el teatro tiene. No debemos renunciar a representar la realidad ficcionalizada, no perder contacto con la representación artística de la realidad. "El mundo de hoy puede ser restituido en el teatro, pero sólo si se lo considera transformable" (Bretold Brecht)

Ahora en el siglo XXI es el actor el que puede generar la ruptura, el que puede producirla. Podar los vicios formales, superar al cuerpo como efecto, llevar al extremo el estado, pero afirmar ficción desde los cuerpos. Sólo así el teatro puede ser verdaderamente interesante en esta modernidad líquida. Como diría Veronese a través de Chejov espiar a una mujer que se mata. Y todo eso puede suceder en un café real, fuera de un teatro. El cuerpo de los actores como espacio de ilusión en sí mismo. Eso intentará ser nuestra Lluvia Irlandesa.