viernes, 27 de julio de 2007

Lacan, el amor y algunas ideas del psicoanálisis



El amor es definido por Lacan ya desde los primeros seminarios como imposibilidad, ya sea "dar lo que no se tiene a alguien que no es", o como mutilación en el seminario once.
Los amantes pueden prometerse impunemente hacerse uno, pero esta ilusión nos lleva a una sucia mezcolanza. Lo eterno esta por fuera del tiempo, y no hace a lo perecedero, y lo perecedero no solamente hace al valor, sino al amor por el gusto, que hace a la dimensión estética del amor. A lo amable lo podemos perder en cualquier momento, esto es tan inquietante como lo sublime (sublimación). A lo sublime lo podemos plantear como pérdida de goce e invención de un objeto, por ejemplo la mirada de Beatriz inventada por el Dante. Lo inquietante no está del lado del principio del placer, esto seria más bien condición de lo bello.
En esta no comunidad de goces entre Uno y el Otro, Lacan dice que la mujer teje, hace trenzas, y el hombre hace círculos, es decir se muerde la cola y no sabe nada del goce femenino, lo puede suponer, sospechar, como con el número tres, pero no lo alcanza, y el hombre no se resigna a no recubrir el goce femenino "Para el macho nada es imposible, lo que no puede hacer lo deja, es lo que se llama salud mental".
Cada sujeto habla desde el lugar que lo marca y que lo orienta, en el ideal de su sexo, con lo cual habría dos lugares desde donde el sujeto habla.

miércoles, 25 de julio de 2007

Pensar sobre el amor

La mujer está en un bar. Sentada mira llover por la ventana. Llega un hombre. La mira. Comienza la historia. Primera entrada sobre el amor.

"Mi tesis es que ya no tenemos mitos del amor. Los amores míticos, paradigmáticos, que se produjeron en el pasado, están muertos para nosotros. Ya no tenemos el amor homosexual a la antigua..., una forma, una figura que une al hombre maduro y al adolescente, en una relación que es también educativa, pedagógica, iniciática. Ya no tenemos el amor cortés, esa gran invención de la literatura de una época. Y si hay algo que se produce en una escena, es sin duda el amor cortés. Ya no tenemos el amor precioso, de las preciosas del siglo XVII, que es seguramente una variante, un eco lejano del amor cortés; el punto común es que ambos juegan con el aplazamiento del encuentro al final ... Del amor divino, tampoco hablamos más. Sigue habiendo creyentes, pero ya no los tenemos tampoco en sus formas paradigmáticas de los siglos pasados, cuando podían motivar la afrenta de tantas vidas. Y ya no tenemos el amor glorioso de los clásicos."
" ... ya no tenemos paradigma del Ideal del amor, ni del Ideal del Otro. Y sin embargo aún tenemos amores, en plural, y mi diagnóstico es éste: tenemos amores sin modelos. Amores sin modelos, algo nuevo en la historia. Todas las parcelas de historia estudiadas tenían sus modelos".
"Nosotros ya no tenemos modelos del amor, y puede pensarse que tal vez sea algo afortunado, porque podremos inventarlos, caso por caso. Los amores sin modelos son amores a merced de los encuentros"..."el amor está ahora a merced del azar".
Colette Soler: "La maldición del sexo"